Cotidianamente escuchamos el concepto de “inflación”. Recordemos que la misma es un fenómeno económico que degrada el valor del dinero, es decir, los precios aumentan generalizada y sostenidamente en el tiempo y en consecuencia, disminuye el poder adquisitivo.
Es un fenómeno que impacta tanto a personas humanas como jurídicas. Es por ello que, cuando este fenómeno irrumpe en las economías, es fundamental que el empresario haga un análisis real de cómo le ha impactado en sus operaciones.
Aunque parezca obvio, al evaluar la evolución de un negocio, se efectúa un análisis de valores de distintos momentos temporales, los cuales se encuentran, en mayor o menor medida, incididos por este fenómeno. Esto ocurre, por ejemplo, cuando queremos comparar las ventas totales de un año a otro, los gastos erogados mes a mes, o cualquier otro análisis similar.
ENTONCES… ¿CÓMO HACEMOS PARA COMPARAR DATOS DE DISTINTOS MOMENTOS TEMPORALES?
Debemos reexpresar los valores “antiguos” (históricos) a la fecha de los valores “nuevos” (reales), para poder analizarlos en un momento que refleje un mismo poder adquisitivo. A este procedimiento se lo conoce como “homogeneización” de la moneda.
Para ello, debemos aplicar al valor “antiguo” un índice que represente la inflación del período entre la fecha en que el mismo tuvo lugar y la fecha de análisis.
En nuestro país, el índice oficial que indica la inflación de cada mes es el IPC (Índice de Precios al Consumidor), el cual se calcula a través del seguimiento del precio de los bienes y servicios más consumidos por la población, mejor conocidos como “canasta básica”. Es un indicador que mide la evolución promedio de dichos precios.
VEAMOS UNA APLICACIÓN PRÁCTICA
Supongamos que en oct-21 realizamos una erogación de gastos por distintos conceptos por un total de $30.000, y queremos compararlos con los erogados en oct-22, los cuales ascendieron a $52.000.
En un país sin inflación, se podría apreciar a simple vista que los gastos erogados aumentaron casi un 60%. Pero, en un país altamente inflacionario como el nuestro, nunca debemos olvidar el importante rol que ocupa el fenómeno en cuestión.
Para ello, como dijimos anteriormente, debemos ajustar los valores históricos:
Paso 1:
IPC oct-21 = 547,0802
IPC oct-22 = 1028,7060
Paso 2:
1028,7060 ÷ 547,0802 = 1,8804
Paso 3:
30.000 x 1,8804 = 56.412
Paso 4: como conclusión tenemos que en ene-21 ($56.412) tuvimos una mayor erogación real de gastos con respecto a ene-22 ($52.000).
PERO… ¿EL IPC ES LA MEJOR OPCIÓN?
Al tratarse del promedio de una cantidad de bienes acotada, puede que este parámetro no siempre refleje una inflación representativa de todos los negocios. Estos últimos se verán afectados por la misma en mayor o menor medida, dependiendo de la inflación de los productos de su propio sector.
De esta manera, surge como alternativa de ajuste la variación de precios de los costos que inciden directamente en los precios de los productos o servicios de cada negocio.
Para ello es necesario identificar aquel costo o conjunto de costos principales de la actividad.
VEAMOS OTRO EJEMPLO
Tratemos el ejemplo de un camionero que quiere evaluar los gastos efectuados en los meses de nov-21 y nov-22.
Este tipo de actividades se ven muy impactadas por el aumento del combustible (costo principal), por lo que podríamos tomar como parámetro de homogeneización a la variación del combustible entre ambas fechas.
Supongamos que el precio del combustible tuvo la siguiente evolución:
Nov-21: $95.
Nov-22: $107.
Paso 1:
Combustible nov-21=$95
Combustible nov-22=$107
Paso 2:
107 ÷ 95=1,1263
Paso 3: mismo procedimiento que el caso anterior.
De esta forma encontramos otro índice que podemos utilizar como parámetro de ajuste. En este caso no se considera un “promedio” ni un “conjunto de bienes acotados” como en el caso anterior, logrando que se refleje mejor el impacto de la inflación en cada actividad en específico.
¿EXISTE ALGÚN OTRO PARÁMETRO?
La respuesta es que sí. Un claro ejemplo que podemos mencionar es el de la variación en la cotización de la moneda extranjera, más específicamente, el dólar.
Existen múltiples casos de negocios que importan desde el exterior materias primas o bienes, y se ven incididas directamente con la cotización de dicha moneda.
Los ejemplos prácticos siguen la misma lógica que los explicados anteriormente.
NUESTRO ROL
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